Las pérdidas humanas y el caos generalizado que hemos visto tras el paso del huracán “Otis” en la región de Acapulco la última semana son el resultado de la inexistencia de una gestión integral del riesgo, que deberían garantizar las autoridades municipales, estatales y federales trabajando coordinadamente; especialmente, cuando se trata de una zona costera que año con año experimenta numerosos fenómenos atmosféricos, aunque ciertamente no de esta magnitud.
Con el paso de los días, en Acapulco se ve como un desastre cada vez más grande, con un Gobierno ausente, como lo demuestra la historia reciente de Guerrero, que no asume las responsabilidades básicas para brindar seguridad y cuidado a la vida de una población históricamente golpeada por el rezago social, la inseguridad, la impunidad y la corrupción.
Pero además, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024 propuesto por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), una vez más olvida a los más pobres del país y a las víctimas de catástrofes naturales como los 2.3 millones de guerrerenses en desgracia desde el 25 de octubre, y prioriza la compra de votos como ha sido en todo el sexenio; además de dar más recursos para programas y las obras faraónicas que le sirven para sus fines electorales.
De acuerdo con especialistas, se requieren más de 300 mil millones para la reconstrucción solamente de Acapulco, pero el gobierno de la 4T sólo contempla apoyar con 10 mil millones de pesos del presupuesto público; una gota en el desierto.
Los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) muestran que Guerrero es el segundo estado más pobre del país, a pesar de ser el estado con mayores apoyos asistenciales de la 4T, lo que prueba que estos apoyos no combaten la pobreza y sólo sirven para comprar votos.
Guerrero es el segundo estado más pobre del país, pero el que más apoyos asistenciales recibe de la 4T, lo que prueba que estos no combaten la pobreza y sólo sirven para comprar votos.
Ante la indiferencia y el abandono de la 4T, el Movimiento Antorchista se ha solidarizado ante la desgracia que ha desolado a los más de 2 millones de guerrerenses. Los antorchistas del país han organizado colectas de víveres, medicinas y artículos de primera necesidad para ayudar. El pueblo trabajador ha escuchado los gritos de auxilio de guerrerenses que manifiestan a través de las redes sociales que ya no tienen agua ni comida.
En Guerrero los esfuerzos antorchistas no han cesado para acercar abrigos, medicinas, un plato de comida caliente y un vaso con agua, pese a la buena voluntad de los propios trabajadores, los antorchistas condenamos la indolencia y la falta de humanidad del Gobierno federal y estatal, por eso exigimos una respuesta real ante la crisis que, a ojos de especialistas, apenas acaba de empezar.
Otra vez la solidaridad del pueblo es la que sale al rescate, por eso todos los mexicanos debemos exigir que se destinen más recursos públicos, pues Morena y sus aliados avalaron el proyecto del PEF 2024 por más de 9 mil mdp, sin considerar un solo peso para apoyar a damnificados.
No cabe duda de que urge que se inviertan recursos económicos suficientes para los damnificados del estado de Guerrero y no utilizar recursos para caprichos del gobierno. Pero ya se vienen los procesos electorales: ahora es cuando el pueblo debe reaccionar y organizarse, para así elegir mejor a sus gobernantes.
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