MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Anhelamos un gobierno sensible y progresista en Quintana Roo

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Una entidad sumida en el desempleo, pobreza y una inflación que ahorca a sus ciudadanos, es la herencia que recibió la ahora gobernadora de Quintana Roo, María Elena Hermelinda Lezama Espinosa, quien tendrá que demostrar que tiene lo necesario para enfrentar el gran reto heredado y distribuir, de la manera más equitativa, el presupuesto en la entidad.

Es sin duda, la pobreza la que marca el desangelado rostro de miles de ciudadanos que viven en Quintana Roo, ese porcentaje que escandalosamente creció durante el mandato del ahora exgobernador Carlos Joaquín González, quien, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), se olvidó de las familias más necesitadas y llevó los márgenes porcentuales al 11.6 durante sus seis años de gobierno.

Y sí, aunque sea difícil de creer, el hoy nombrado embajador de México en Canadá, quien asumió la gubernatura en 2016, sumió en la escasez extrema a 892 mil 800 ciudadanos, convirtiéndolos en pobres; cantidad que representa el 47.5 por ciento de un millón 858 mil quintanarroenses.

Esa cantidad, como hemos señalado, representa un desplazamiento hacia la baja de 11.6 puntos porcentuales, de 2016 a 2022, el peor sexenio que recordarán los habitantes de Quintana Roo. Un gobierno atroz que ignoró a todos, pero especialmente a la gente que necesita urgentemente ayuda, que enfrentó lo peor durante la pandemia en donde perdieron todo y nunca recibieron la mano amiga.

Baste recordar información de la Secretaría de Desarrollo Social, hoy Secretaría de Bienestar, que detalló que en el 2016 se tenía el registro de 553 mil habitantes en situación de pobreza -35.9 por ciento del total de los habitantes-, que en ese entonces ascendió a un millón 501 mil quintanarroenses.

De ese poco más de medio millón de personas, se precisó que 445 mil 500 estaban en pobreza moderada; alrededor del 28.9 por ciento de los residentes de la entidad, en tanto que el 7 por ciento restante, o sea, 107 mil 600 ciudadanos, estaban dentro del índice de pobreza extrema.

Seis años después, como resultado del desastroso gobierno del que se tenga registro en la historia, Mara Lezama hereda un Quintana Roo con 892 mil 800 ciudadanos en situación de pobreza, el 47.5 por ciento del total de los que habitan en la entidad.

No cabe la menor duda de que está maldita la herencia para Mara Lezama, tanto que tendrá que recurrir, si es preciso, hasta a los actos de santería, para poder deshacer o disminuir esos niveles alarmantes de miseria que permea en las colonias y poblados del Estado.

La ahora gobernadora, conoce la realidad que se vive y padece en la gran mayoría del territorio quintanarroense. Sabe que tiene una tarea titánica por delante, que tiene que cumplir con lo ofrecido de manera vehemente en campaña y que hay que trabajar para el bien de todos.

Expectantes e ilusionados con el nuevo gobierno, ese que llaman de la Cuarta Transformación, están los casi 200 mil personas que a diario conviven con la pobreza extrema, los que luchan por conseguir para satisfacer sus necesidades básicas y que muchas veces no lo consiguen, esos que sufren más los índices inflacionarios que todo encarece y que pulverizan su raquítico poder adquisitivo, que vaporiza el poco dinero que consiguen.

Mara Lezama tendrá que implementar las medidas necesarias para frenar el índice inflacionario que, al menos en Chetumal, alcanzó el 5.29 por ciento e imparablemente sigue su escalada alarmante.

Esos aspectos no deben ser descuidados por el nuevo gobierno, se tienen que tomar las medidas necesarias para paliar las dificultades económicas de las familias, pues dejar que la inflación fluctúe libremente es un gran riesgo.

Deben de alertar a la mandataria estatal los datos que el Inegi reveló, cuyo cierre de la primera quincena de septiembre se tuvo un encarecimiento de los productos y servicios de consumo básico en los hogares, que fue del 0.26 por ciento comparativamente a los últimos 15 días del mes pasado.

Asimismo, detalló que los productos y servicios que tuvieron mayor inflación fueron: transporte aéreo, jitomate, la educación preescolar y primaria, la cebolla, energía eléctrica, el huevo, pollo, tortilla de maíz, entre otros.

El dar a conocer esos datos deben servir, como ya dijimos, al equipo de personas que ahora dirigen los destinos, a fin de emprender acciones que ayuden a las familias humildes, de un verdadero gobierno con sensibilidad y sobre todo progresista, ese es el gran reto de Mara Lezama. El tiempo lo dirá. 

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