MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

AMLO hunde las universidades públicas

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México se encuentra al borde del colapso educativo una vez que el gobierno federal llamado de la cuarta transformación y emanado de los reductos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se ha empeñado en hundir las universidades públicas, dejándolas sin recursos económicos que por consecuencia generan mayor número de alumnos rechazados.

Ha ocurrido algo similar a lo que se presentó después de haber eliminado el Seguro Popular para colocar servicios médicos que han resultado inservibles o poco efectivos, aquí, se asfixia a las universidades existentes para colocar las que al mandatario mexicano se le han ocurrido, mismas que carecen de la fuerza que deberían tener para que la Nación logre acceso a la excelencia académica.

Pretextando combatir la corrupción del pasado, el actual gobierno federal ha creado verdaderos monstruos sin pies ni cabeza que no tan solo son corruptos, sino que además no se encuentran capacitados para adoptar la tarea que vienen realizando las universidades públicas existentes en México.

En su momento, la escritora Nancy Grajeda, se refirió a las universidades “Benito Juárez” como una farsa de la 4T: “para donde volteemos a ver, observamos que el país es un desastre; en la salud, economía, inseguridad, en todo, y hoy quisiera referirme al desastre en el que la 4T tiene sumida a la educación de México. De verdad es preocupante el abandono en el que se encuentran las escuelas desde nivel básico hasta superior.

Los niños y los jóvenes resienten este abandono porque los recursos públicos están siendo desviados por el gobierno federal para cumplir los caprichos de Andrés Manuel López Obrador quien está empecinado con sus obras faraónicas, que siendo claros no ayudarán a sacar adelante al país, en cambio está gastando a manos llenas y con descaro los recursos que pudieran invertirse en mejorar la calidad educativa.

López Obrador instrumentó, desde su llegada al poder y con el claro afán de ir abonando el terreno en su maquiavélica idea de desaparecer las universidades públicas, un campaña de ataques a las universidades  a las que tacha de neoliberales y a los estudiantes, de aspiracionistas, al mismo tiempo que eleva a las universidades Benito Juárez, mejor conocidas como universidades del presidente, anunciadas con bombo y platillo, a ellas sí les ha invertido muchos recursos sobre todo para publicitarlas y crear falsas ilusiones en los jóvenes que se inscriben en estas escuelas patito con la esperanza de convertirse en profesionistas, sin saber que las Benito Juárez no cuentan con validez oficial de estudios que emite la Secretaría de Educación Pública (SEP), por lo que no podrán tener en sus manos un título y sus conocimientos escasos serán de técnicos, jamás de profesionales. 

Cabe destacar que esas universidades funcionan en instalaciones construidas al vapor de forma provisional, como todo lo hecho por la 4T, incluso algunas no tienen ni quisiera luz, mucho menos conexión a internet.  

Es verdaderamente preocupante esta situación porque los alumnos están egresando de estas universidades sin los conocimientos adecuados para enfrentarse al mundo laboral, en el dado caso de que encuentren empleo.

En contraparte se puede afirmar que Antorcha, la organización dedicada a proteger a las clases pobres del país, ha realizado una tarea excelente en ese sentido, luchando por mejorar la educación y generando un semillero de profesionistas bien preparados, que de esa manera logran el acceso a mejores niveles de vida.

Las universidades públicas privilegian a los estudiantes egresados de los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) y de los Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT); y que como aquel que estudió en un Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), nunca será aceptado en ellas.

Al igual que él, millones de jóvenes han sufrido desagradables experiencias al intentar ingresar a universidades públicas o privadas. Éste es el caso de Adrián que, en tres ocasiones, intentó inscribirse en escuelas de educación superior sin lograrlo.

Son graves los problemas que agobian al país y que son parte del debate nacional; en las últimas semanas, el tema de los libros de texto gratuitos (LTG), destinados a los niños que cursan el nivel básico (pre-primario, primario y secundario), acapararon los foros de discusión en torno a la cuestión educativa. Pero poco se habla de otro tema muy preocupante: el hecho de que las escuelas de nivel superior muestran hace tiempo un índice muy bajo de absorción de los egresados del nivel medio superior.

Para el ciclo escolar 2023-2024, únicamente 10.5 por ciento de quienes presentaron examen de admisión lograron ingresar a la UNAM, explicó Julia Mendoza, integrante del Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (MAES), quien insistió en denunciar la escasa capacidad de absorción de las instituciones de nivel superior del país.

Ella misma explica que este problema se debe a que las escuelas públicas de nivel superior carecen del presupuesto necesario para brindar atención a los estudiantes que desean un lugar en sus aulas; y que este déficit se debe a la falta de interés de las autoridades federales para resolverlo.

Cabe destacar que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2015 destinó a la educación y a la ciencia 3.85 por ciento en relación con el Producto Interno Bruto (PIB); pero desde entonces, este gasto público ha disminuido; y en 2023 se redujo a tres por ciento, es decir, perdió 0.85 por ciento; y de cada 100 pesos disponibles, únicamente 16.3 pesos son destinados a la educación superior.

Es de esa forma como México se coloca como el país con la tasa más baja de educación superior (en personas con edades de 25 a 34 años) de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El populismo de López Obrador se enfrenta a un tremendo descalabro toda vez que desde su campaña lanzó promesas que no se han cumplido en lo que lleva de su mandato, como el hecho de fomentar la educación universal, obligatoria y gratuita.

Ha sido la propia Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) la que ha revelado que en 2022 únicamente 51 por ciento de los estudiantes que solicitaron ingreso a las escuelas de educación superior, logró su objetivo; es decir, del millón 449 mil 166 que buscaron un lugar en estos centros de estudio, solo 750 mil 769 tuvieron la fortuna de entrar.

Legisladores locales de diversos Estados han reclamado mayor presupuesto para las universidades que han sido severamente vapuleadas en su economía por la cuarta transformación, tal como sucede en Coahuila con la UAdeC y otras muchas del país que a pesar del arrebato de recursos federales subsisten con la fuerza de las aportaciones que hacen diversos sectores pero que se ven asfixiadas para su mayor crecimiento.

Una cosa es cierta, López Obrador ya dejó a México sin salud ni medicamentos, ahora lo deja sin universidades, lo cual debe servir para presentar una moción de orden, que le obligue a cumplir cabalmente con sus promesas y dejar a un lado su sarta de mentiras.

Porque no basta con haberle entregado el bastón de mando a su sucesora Claudia Sheinbaum, sino reflexionar en todo aquello que ha significado el gran fracaso mexicano, basta decir, el abandono de nuestras universidades públicas.

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