Vivo en un país tan grande que todo queda lejos
la educación,
la comida,
la vivienda.Tan extenso es mi país
que la justicia no alcanza para todos”.Lina Zerón
Un gran país
Desde el inicio del Gobierno de Rubén Rocha Moya, el Movimiento Antorchista en Sinaloa entregó una lista de peticiones. Entre las principales demandas destacan:
La Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) estima que en Sinaloa hay un déficit de 176 mil viviendas de interés social. La Comisión de Vivienda en Sinaloa (Cvive) ha informado que tiene más de 90 mil solicitudes de vivienda, mientras que el Inegi registra un déficit de 63 mil 230 casas y otras 156 mil en condición de hacinamiento, familias que viven en uno o dos cuartos, tres o más personas por habitación. Nueve mil más que antes.
Adquirir una propiedad se vuelve entonces una misión imposible para millones de personas en nuestro país. Según estimaciones de ONU-Hábitat, las personas con menores ingresos económicos tardarían 33 años para pagar una vivienda de interés social, siempre y cuando reciban algún subsidio; en caso de no contar con alguna facilidad gubernamental les tomaría 47 años. (El Financiero, 6 de febrero de 2024). Pero de lo que se trata no es de lamentarnos actualizando datos catastróficos, sino de ir resolviendo este grave problema.
Después de un recorrido por todas las dependencias, siguiendo todos los procedimientos de ley, pero sin tener ningún avance concreto, Antorcha solicitó la intervención del gobernador. Aunque a finales de junio del año pasado dijo que adquirirá un terreno de 40 hectáreas para atender el rezago de vivienda, enfatizando que “El presupuesto de este año ya no lo podemos incrementar, no necesito incrementarlo nosotros tenemos manera de comprar eso sin necesidad de incrementar el presupuesto”, no se veía nada en concreto, dónde, cuándo, cómo, a quién.
Fue hasta el 11 de septiembre del 2023, haciendo uso de nuestro derecho a la manifestación, en una marcha realizada hacia el palacio de Gobierno, que el gobernador atendió al comité estatal para escuchar de viva voz los planteamientos; se comprometió a resolver los problemas y dijo que ya estaban viendo cómo resolver la falta de vivienda.
Dos meses después, la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (Sebides) lanzó el programa “Ahorro Previo”, que consiste en que personas sin vivienda puedan adquirir lotes con servicios progresivos en el estado. Su titular, María Inés Pérez Corral, dijo:
“Esto por parte de Gobierno del estado para personas vulnerables, que no tengan vivienda obviamente, entonces ellos van a poder empezar a ahorrar. Ya que tengan un ahorro del 20 % va a poder otorgárseles el predio, el lote que ellos elijan, porque va a haber de dónde elegir”.
Muy poco le convence a la gente este programa, pues “cómo voy a estar ahorrando algo donde no sé siquiera dónde me van a meter ni hay alguna propuesta”, exclamaba quejosa una solicitante. Pero, sobre todo, porque no le alcanza siquiera para la mitad de lo que se plantea, que es alrededor de 40 mil pesos.
“O pago renta o pago mi solar”, “o ahorro o le doy de comer a mi familia”, dicen cientos de voces que viven en una de las zonas más marginadas de Culiacán, la colonia Progreso. Y eso no es ninguna exageración, pues según los datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) el promedio del costo de las viviendas en Sinaloa tan sólo en un año se incrementó en 16 % promedio al segundo trimestre del 2023, el cual ronda el millón y medio.
Según el Infonavit, en su Plan Estratégico y Financiero 2023-2027, esto se debe principalmente a que, dados los mayores costos de insumos, los desarrolladores disminuyeron la oferta de vivienda económica:
“En pocas palabras, la disponibilidad de vivienda en todos los segmentos es menor. Sufrieron especialmente el sector popular y económico que han disminuido en número, en parte porque los desarrolladores prefieren hacer vivienda de mejor precio”. (Revista Espejo, 10 de febrero de 2024).
El Inegi señala que un 56 % son sinaloenses que no pueden alcanzar un salario digno para adquirir una vivienda. "Es muy difícil porque el salario no alcanza; sólo para pagar la renta, el alimento y la escuela de mi hija: ahí se fue todo, y me es casi imposible poder pagar una vivienda”, lamenta don Fermín, un padre de familia que vive rentando en la colonia Huizaches.
En nuestro estado los bajos salarios son una realidad que afecta a miles de familias, sobre todo porque los sueldos no se incrementan al mismo ritmo que los productos de la canasta básica o de servicios.
Don Fermín, al igual que 1 millón 439 mil 374 sinaloenses —según Inegi— trabaja seis días a la semana para sustentar el hogar donde él, su esposa y una hija viven, y aun así no le alcanza para vivir dignamente.
¿Acaso es falta de dinero lo que impide que se subsidie la vivienda de la gente? El gobierno estatal gastará 69 mil 596 millones de pesos (mdp); 5 mil 92 mdp más que el año pasado, es decir, los recursos no sólo no van a la baja, sino que aumentan.
¿Qué les impide comprar predios para las miles de familias sinaloenses?, ¿quieren más razones las autoridades para disponerse a atender este gran rezago?
Fue en la semana del pasado 26 de los corrientes que el gobernador hizo algunas declaraciones importantes, aceptando que también fue invasor: “Ya tenemos urbanizado un pedazo donde nos caben 252 precaristas; ya les dije que los vamos a meter, de los que vienen a veces a gritar aquí y que tienen razón, ya les dije a los dirigentes ‘enlístenlos’; les vamos a entregar los lotes, pero antes de entregárselos les vamos a meter los servicios elementales, agua y luz. No podemos entregar lotes sin que tengan los servicios fundamentales; son cuatro hectáreas”.
¿252 gobernador? ¿Ese es el gran avance que plantea su gobierno humanista? Está claro que el rezago es histórico y no se va a resolver en un sexenio, pero a mitad de su gobierno, plantear 252 lotes es un verdadero despropósito.
Después de tanto tiempo y con casi nulos resultados, nos hace pensar que lo único que quiere hacer el Gobierno es cansar y desanimar a la gente por la vía de negarle soluciones. ¿Es ese el humanismo mexicano del que tanto presume la 4T? ¿Burlarse de la necesidad de la gente?
Toda esta situación, amable lector, ha venido aumentando la inconformidad del pueblo sinaloense, pues está mirando que frente a esta crisis de vivienda y otras más, el Gobierno está quedando mucho a deber.
Está claro que no queda más que la unidad, la organización y la lucha del pueblo, para lograr un reparto equitativo de los recursos públicos. A eso los invita el Movimiento Antorchista: a luchar por un mejor Sinaloa para todos.
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